martes, 19 de enero de 2010

LOS MEJORES GOLES DEL "10" EN BOCA


Porque sos la debilidad futbolística de quien es escribe. Porque junto a Zidane son los dos jugadores más desequilibrantes que ví en mi vida. Porque sos el alma de Boca. Porque espero cada domingo para verte jugar. Porque sos nuestro ídolo, el que nos dio mil alegrías. Porque le pegas a la pelota como ninguno. Porque sos el último gran enganche que nos queda. Porque tu fútbol no va a morir jamás. Gracias Román por tanto fútbol. Gracias por hacer que cada gol tuyo signifique una interminable afonía en mi garganta. Tus goles son los que más disfruto al gritar. Porque son mágicos, únicos.

Con los humildes relatos de Nicolás Fernández, los mejores 10 goles del "10" con la camiseta de Boca. Para todo el el mundo, Juan Román Riquelme. El romántico del fútbol.

lunes, 23 de noviembre de 2009

TE EXTRAÑAMOS ROMÁN


Jugadores como él, ya no abundan. Por eso en Boca su ausencia se siente y mucho. Éste 2009 fue sin dudas un año con altibajos para el "10" ya que las lesiones lo abrumaron. Un semestre gris, como el de todo Boca. Andar irregular y por ende falto de resultados, a lo que se le sumó la renuncia de Román a la Selección de Maradona.

La que hasta el momento parece ser una incurable molestia en la planta del pie derecho lo condicionó a Riquelme durante todo éste tiempo, incluso desde el comienzo mismo de la temporada. Porque cuando el conjunto por ése entonces dirigido por Carlos Ischia se jugaba cartas realmente importantes, no pudo contar con su as de espadas al ciento por ciento. Y en gran parte, por éste hecho el camino de Boca hacia un nuevo título se vio trunco ante el modesto Defensor Sporting uruguayo en los octavos de la Copa Libertadores.

Así y todo, pudimos ver algunos destellos de la magia de Juan Román. Las actuaciones importantes en los primeros seis meses se vieron en la Libertadores, ya que por la lesión antes mencionada (ó por rotación), Riquelme no jugó una cantidad considerable de partidos en el Clausura (ni siquiera estuvo en el Superclásico). Entonces, en los compromisos con Guaraní (Paraguay) y Deportivo Táchira (Venezuela), vimos al mejor Román, y de la mano, al mejor Boca.

Más tarde, lo ya conocido. Lesión, salida del equipo, debacle futbolística del elenco Xeneize. Eliminación de la Copa, frío 14to puesto en el certamen doméstico y despedida de Ischia. Borrón y cuenta nueva.

Definitivamente todos querían comenzar de cero, pero sin Riquelme todo es más difícil. La segunda parte del 2009 parecía ser, con el arribo de Alfio Basile a la dirección técnica, el comienzo de una nueva era de triunfos. De hecho, Riquelme realizó una gran pretemporada, lo que le posibilitó arrancar en impecables condiciones físicas éste tramo del año. Un golazo propio de un crack de éste deporte ante Vélez, y un soberbio segundo tiempo ante River en el Monumental, dieron rienda suelta a la ilusión, que luego se desvanecería.

El sútil pie derecho que tantos goles regaló y que a miles de gargantas dejó sin voz, ésta vez volvió a jugarle una mala pasada a Riquelme. Frente a Chacarita, el "10" volvió a resentirse de la molestia que tanto lo fastidió, y las chances de un Boca que parecía levantar, se esfumaron por completo. El equipo de la Ribera volvió a perder a su jugador clave, al cerebro dentro de la cancha. Porque sin Riquelme claro ésta, Boca no es el mismo. Lo dicen los resultados, y por ende, la tabla de posiciones. Sin Riquelme, pierde el fútbol.


sábado, 29 de agosto de 2009

8/06/2005 - BRASIL SE RINDE ANTE LA MAGIA DE RIQUELME


En cuestión de horas se nos viene Argentina-Brasil por las Eliminatorias hacia Sudáfrica 2010, y que mejor que en la previa a semejante acontecimiento recordar aquella mágica noche del 8 de junio de 2005. El Seleccionado Nacional por entonces bajo las órdenes de José Pekerman debía ganar ante su eterno rival para asegurarse el pasaje a la Copa del Mundo que se iba a disputar en Alemania al año siguiente. Con una actuación descollante de Juan Román Riquelme y compañía, Argentina bailó de lo lindo a los Verdeamarelos. Fue victoria 3 a 1 ante el elenco de Ronaldinho y Kaká, y clasificación a la cita mundialista de 2006 incluida.

El primer tiempo de ése encuentro fue inolvidable. Basándose en un vistoso y efectivo juego colectivo, Argentina no lo dejó pensar a un Brasil desconocido que durante los 45 minutos pareció implorar constantemente al cielo para que llegara cuanto antes el entretiempo. Riquelme estuvo fantástico, la descoció. Todas las pelotas pasaron por él. Comandó las acciones de su equipo de mitad de cancha hacia adelante y dejó boquiabierto a todo el Estadio Monumental con un par de lujos de otro planeta. Rápidamente nos pusimos arriba en el marcador con un gol de Hernán Crespo a los tres minutos, pero lo mejor estaba por venir.


Porque a los 18, el genio frotó la lámpara. ¡Y de que manera! Después de un rechazo de Roberto Carlos el Romantico la bajó de taco, con una categoría inmensa, propia de los grandes de éste deporte. Recibió el esférico Mascherano que abrió el juego hacia la derecha para la escalada de Lucho González. El ex Huracán y River se la devolvió al que sabe, quien sino Riquelme. Y Román no falló. Se sacó de encima a Roque Junior con un giro fantástico y de 25 metros sacó un zurdazo memorable, que se clavó cerca del palo izquierdo de Dida, que fue espectador de lujo de una nueva obra maestra del talentoso enganche. El jugador que se desempeñaba en ese momento en el Villarreal español deleitaba a propios y extraños. Un crack con todas las letras.

Hernán Crespo cerca del epílogo de la primera mitad, y Roberto Carlos ya en la etapa complementaria condecoraron el 3-1 final. Riquelme fue la gran figura del clásico y la celeste y blanca una vez más decía presente en el Mundial. Allí Argentina sería eliminado por el local Alemania en Cuartos de Final, pero eso ya es otra historia. Lo cierto es que en la víspera del partido mas apasionante del continente, el "10" de Boca nos trajo un lindo recuerdo. Ojalá pudiera jugar el partido del sábado próximo, aunque todos sabemos que es imposible. Sólo nos queda la ilusión de volver a ver a Riquelme, aunque sea una vez más, con la camiseta de todos.



viernes, 31 de julio de 2009

09/11/2008 - GOLAZO DE ROMÁN PARA QUE BOCA GANE EN EL ÚLTIMO SUSPIRO


Realmente era un partido para el olvido. Tanto de Riquelme como de Boca, que no podía superar a Arsenal en el Viaducto, y que con la victoria de San Lorenzo sobre Gimnasia de Jujuy perdía la punta. Era la decimocuarta programación y sólo cinco fechas restaban para el cierre del Apertura 2008, que finalmente se definiría en un inédito triangular en el que Boca, San Lorenzo y el sorprendente Tigre se jugaron la corona, que posteriormente se adjudicaría el conjunto Xeneize después de tres finales no apta para cardíacos.
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El elenco por entonces dirigido por Carlos Ischia necesitaba imperiosamente la victoria ante los de Sarandí, pero a esa altura el éxito parecía no llegar jamás. Porque transcurrían 45 minutos del segundo tiempo, y porque las seguras manos de Cristian Campestrini hacían suponer que no había forma de batirlo. Boca más que nada con el ingreso de Nicolás Gaitán a los 25 del complemento supo complicar a la siempre férrea defensa de Arsenal, pero igualmente no había caso. Y para colmo de males, Juan Roman no estaba teniendo un buen partido, debido a que se mostraba impreciso con la pelota y aislado en el juego.



Pero los ídolos siempre aparecen. Boca lo necesitaba y Riquelme siempre dice presente en las paradas difíciles. Por más que en algún encuentro el "10" parezca ausente, constantemente hay que estar atentos. Porque en un abrir y cerrar de ojos el genio de Riquelme frota la lampara y te hace ganar un partido chivo, de esos que luego posibilitan ganar campeonatos. En ese momento del torneo, los tres puntos realmente valían oro para Boca.
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El encuentro se moría en un deslucido empate sin goles, hasta que Leandro Gracián recibió una falta cerca del área mayor. Tiro libre para la visita. Allí Riquelme tomó la pelota y se hizo cargo de la situación. Quedaba muy poco tiempo y había que aprovechar al máximo esa posibilidad, debido a que seguramente no iba a haber otra. Y fue Román nomas. El conductor de Boca se disfrazó por diez segundos de Pablo Picasso y realizó una auténtica obra de arte. Sutil
pincelazo a la red. Riquelme con su derecha prodigiosa acarició el balón, que se metió como un puñal casi en el ángulo del primer palo, imposible para Campestrini que tuvo que ir a buscarla adentro. Boca ganó 1-0 y comenzaba a encaminarse hacia el título. Un campeonato que en un principio parecía imposible de concretarse pero que luego se dio. Porque con Riquelme todo es posible.


domingo, 26 de julio de 2009

20/06/2007 - LA CLASE DE RIQUELME FRENTE A GREMIO EN LA FINAL DE LA LIBERTADORES


Juan Roman Riquelme conserva un vínculo muy especial con Brasil. Y no precisamente porque el número 10 tenga una afinidad particular con los verdeamarelos, sino que en dichas tierras Riquelme se consagró dos veces campeón de la Copa Libertadores de América con Boca. Primero en 2000 con Carlos Bianchi como entrenador frente a Palmeiras, y luego en 2007 ante Gremio de Porto Alegre bajo las órdenes de Miguel Ángel Russo, cotejo al que hacemos mención.

Partido complicado por si los hay el de la vuelta de una final de Copa Libertadores. Primero obviamente, por la adversidad que significaba en ese momento definir en condición de visitante. Y segundo por el equipo rival de esa ocasión, el duro Gremio brasileño, que a pesar de haber caído en la ida 0-3 en La Bombonera, contaba con un muy buen plantel. Tcheco, Lucas (hoy en Liverpool), el experimentado Marcio Amoroso y los argentinos Sebastián Saja y Rolando Schiavi, eran los encargados de impedir que Boca una vez más se alze con el principal trofeo del continente.


Pero a su vez, había que tener en cuenta que enfrente los Tricolores se topaban con un Boca ganador, que gozaba de su as de espadas en un gran momento futbolístico. Y Roman no iba a decepcionar de ninguna manera. El Romantico se despachó con dos goles en la etapa complementaria que sirvieron a la postre para conseguir la sexta Libertadores para las vitrinas de la entidad de la Ribera.

El primer tanto, fue una belleza. Toque tras toque del equipo, Riquelme recostado sobre la derecha recibió de Ibarra y sacó un derechazo letal que se coló por arriba de Saja. Imposible para el ex arquero de San Lorenzo que atinó solo a ser espectador de lujo de un gol de otro planeta. Por otro lado, el segundo no fue tan glamoroso ni atractivo para la vista como el anterior, pero sí importante, ya que con la definición de Roman después de recibir un rebote del golero tras un tiro de Palacio, los Xeneizes sentenciaban la cuestión. Boca Juniors ganó 2 a 0, fue campeón de América, y Riquelme jugó un partido de aquellos. Tal y como nos tiene acostumbrados. La categoría de Juan Roman, es deleite puro.